A pesar de las críticas desde algunos sectores al interior del oficialismo, se logró avanzar con el Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la reestructuración de la deuda tomada en 2018 por la gestión de Mauricio Macri. El proyecto de Ley fue aprobado tanto por la Cámara de Diputados como por el Senado. En esta última, cuyo debate tuvo lugar el 17 de marzo, se dio con 56 votos positivos (de los cuales 20 fueron otorgados por la oposición), 13 en contra y 3 abstenciones.

El Acuerdo de staff alcanzado se “promocionó” en los medios de comunicación como inédito en la historia de los programas de Facilidades Extendidas otorgados por el Fondo, por el hecho de que en el mismo Argentina no se compromete a efectuar reformas estructurales de ningún tipo ni a modificar el marco normativo en materia laboral. A su vez, también se afirmó (incluso por parte del Ministro de Economía y el Presidente) que las políticas económicas acordadas no implican un programa de “ajuste”, con especial referencia a las clases populares, ya que no se especifica la reducción de presupuesto asignado a alguna partida en particular, más allá de los subsidios a la energía.