La gravedad de la situación social de la Argentina no es novedad. Los últimos datos de INDEC que ubican la pobreza en el 42% impactan, pero no sorprenden. La crisis que trajo aparejada la pandemia del COVID-19, sobre una crisis que llevaba años, implicó un nuevo retroceso en las condiciones de vida de la población. Revisar lo acontecido en términos de pobreza por ingresos, implica revisar lo que acontece en el mercado de trabajo con el empleo y los salarios, dado que esa es la fuente primordial de obtención de ingresos para los y las trabajadoras.

Ahora bien, ¿qué es lo que viene sucediendo en la recuperación? Mucho se viene hablando de una reactivación en forma de K, donde algunos sectores salen beneficiados o indemnes -relacionados con empresas que pudieron continuar su desenvolvimiento como las tecnológicas o alimenticias, entre otras-, y otros siguen afectados -como turismo y gastronomía-. Naturalmente, la disímil situación sectorial tiene un correlato en términos de empleo y salarios, aunque no sea la única explicación.